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NOTICIAS Y COMUNICACIONES Nº 168
El Papa reza con los representantes ortodoxo y anglicano en San Pablo
Francisco cierra el Octavario por la Unidad con las vísperas en San Pablo Extramuros
“No nos cansemos nunca de pedir a Dios el don de la unidad”
El Papa defiende que «católicos y luteranos puedan recordar juntos» el V Centenario de la Reforma
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Boletín nº 79, Febrero de 2017
ÍNDICE
- Editorial.
- El twit del Papa Francisco.
- Ecos de Benni Abbés con las hermanitas de Jesús.
- Un libro: El conocimiento silencioso, de María Corbí.
- El hombre maduro en la fe, p. frat. Oswaldo Cruz
- Semana de oración por la unidad de los cristianos.
- La obra del Espíritu y del discipulado en la misión cristiana.
- El Papa con la Delegación Ecuménica de Finlandia.
- Llamada desde Taizé a los responsables de las Iglesias.
- En la muerte del sheykh sufí Sidi Hamza al-Qadiri al-Buchichi.
- Calendario pluricultural.
- Oramos.
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Semblanza del hermanito Juan
Querido Juan, hermano, hermanito: Ya ves…estamos reunidos en torno tuyo para celebrar tu PASCUA DEFINITIVA; celebrar el ENCUENTRO PLENO CON EL PADRE, cuyo rostro y su presencia en medio de la vida de la gente sencilla y humilde, buscaste con pasión y fidelidad.
Tú estás de fiesta y nosotros, contigo, también.
Ya ves…la variedad de gentes que nos hemos reunido para dar gracias al Padre por tu vida.
Sí, tus compañeros y compañeras de la Residencia (con los que compartiste tus últimos días); el personal que ha cuidado de todos vosotros; las Hermanitas y una enorme variedad de amigos, compañeros de trabajo, de luchas sindicales, de hermanos y hermanas con los que pudiste hacer un trecho de camino juntos. Un grupo de AMIGOS, porque, quizás, si algo quisiste vivir fue precisamente la hermosura y el tesoro de la amistad. Si algo se pudiera decir de ti es que fuiste AMIGO FIEL. De aquellos que encontraste en tus primeros tiempos en
Málaga en la Plaza de Santa María (la familia de Loreto que te acogió y que hoy están presentes); compañeros de la obra (Juan, Lucas….y tantos otros); vecinos de la Estación del Perro (cómo olvidar a Rafael, Carmen y su familia, Conchi…); de los compañeros de trabajo del Hospital Civil, soñadores como tú de conseguir unas condiciones dignas para los pacientes y los trabajadores (me perdonareis que no cite nombres para no cometer olvidos imperdonables); amigos de la Frater, de la Familia Espiritual del Hno. Carlos de Foucauld….
Una hermosa red, tejida con finos hilos de amistad y cariño, de fidelidad y constancia…
¿Sabes Juan, hermano? me dicen de presentar una breve semblanza de tu vida entre nosotros. ¡Cómo si fuera posible resumirla en una líneas escritas apresuradamente! ¿Cómo poder narrar lo hondo de una vida, tejida en el calor del misterio del corazón de Dios?
Que naciste un 1 de marzo de 1924, en París, en el seno de una familia de cierto abolengo y tradición militar; que muy pronto, demasiado pronto, vuestra madre (tuya y de Paul y Gabrielle) os dejó, dejando un hueco que dejó huella.
Que viviste en primera persona el drama de la 2ª Guerra Mundial, y que con 19 años, iniciaste un primer éxodo que te hizo atravesar España, con la intención de unirte en el norte de África al Ejército Francés de Liberación y en esos avatares, llegaste, con otros muchos, en Diciembre de 1943 a Málaga. Recluidos en la Plaza de Toros y a la espera de atravesar el estrecho. ¿Premonitorio?
Que no pudiendo participar en el desembarco que liberaría Francia; formado como militar, te presentaste voluntario para ir a la guerra de Indochina (Julio 1946-Diciembre 1947); herido eres repatriado… Un segundo éxodo, éste no solo geográfico, sino espiritual. El largo viaje de regreso en barco, te permitió buscar en lo hondo de tu corazón las razones del sufrimiento que provocan todas las guerras; la muerte de tus camaradas y amigos; la muerte y destrucción de los hasta ahora tenidos como enemigos.
De esta experiencia surge tu deseo de volver tu corazón hacia Dios, Padre de todos, sentido último de nuestras vidas, propuesta de fraternidad universal.
Descubriste los Hermanos de Jesús que comenzaban su caminar y te sedujo la invitación de Jesús a vivir su vida de Nazaret. Buscar su rostro en medio de la vida ordinaria de las gentes sencillas; en el barrio, en el trabajo, en la amistad; y en los ratos personales y silenciosos dejándose mirar por Jesús de manera que fuera moldeando nuestra mirada, nuestro corazón…
Y otro éxodo a vivir, en 1948 entras en los Hermanos de Jesús: El Abiodh en Argelia, Lyon, Chile, estudios de teología hasta que en 1955 pronuncias tus votos perpetuos.
En 1959 te vemos llegar a Málaga… joven, alto, guapo, ojos azules… expectación ante este joven religioso que pasa horas en oración en la Iglesia de Santiago y comparte vida y trabajo con la gente… Fuiste acogido con cariño por la Iglesia de Málaga. Quizás buscabas el último
lugar y el anonimato de la vida de Nazaret, pero puedo asegurarte, que a tu pesar, enseguida hiciste parte del paisaje malagueño.
¿Cómo no mencionar tu ordenación sacerdotal celebrada en 1973? Los que compartimos la vida contigo, somos testigos de la importancia de este momento en tu vida. Te marcó profundamente, te abrió a un acompañamiento y a una presencia a comunidades con las que compartías eucaristías (religiosas, laicas, fraternidad secular); a acompañar a la Frater: animando y celebrando con ellos la fe, disponible a quien te buscaba para acoger confidencias, anhelos, para rezar juntos.
Viviste una buena e intensa vida laboral: Algunos años trabajando en la obra; en la dura recogida de basura de aquella época y, por fin, en 1967 entras como celador en el Hospital Civil donde permanecerías hasta tu jubilación en 1987.
Cuántas historia podrían contar muchos de los aquí presentes… Movimiento Obrero, sindicato,CCOO… momentos de lucha y momentos de fiesta…
Una vez jubilado, no abandonaste el mundo hospitalario: voluntario en el servicio de Biblioteca del Clínico, paseando con tu carrito lleno de libros por los pasillos y habitaciones del hospital; la visita en nombre de Málaga Acoge, de extranjeros ingresados que no conocían bien el castellano, atento a servir de cauce de comunicación con los médicos, a prestar pequeños y múltiples servicios, el hospital Carlos Haya conoció tus desvelos…
Bueno y en noviembre del 2002, un nuevo éxodo… dejas la fraternidad y te vienes a vivir a la Residencia de las Hermanitas de los Pobres. Una nueva etapa, un nuevo viaje… el último. 14 años y dos meses… tiempo de abandono, de ir clavando en la Cruz de Jesús autonomía
personal, deseos y salud… Tiempo para ir abandonándose, para ir vaciándose, para ir preparándose a escuchar la última llamada… la de la confianza y el abandono, la del éxodo definitivo; la llamada de tu Bien Amado Hermano y Señor Jesús que te llama por tu nombre…
Y tu Amén definitivo, pronunciado para siempre la madrugada del 30 de Enero.
Málaga 31 de enero de 2017
ISLA DE LESBOS, REFUGIO DE LA ESPERANZA. Carlos LLANO.
Carlos LLANO es deportista, economista, fundador de la ONG Chilhood Smile y voluntario y colaborador de la Fundación Tienda Asilo de San Pedro de Cartagena, España, en el proyecto WEND BE NE DO de Burkina Faso. Ha estado recientemente de voluntario en la isla de Lesbos, en Grecia, con los refugiados. Ofrecemos su valioso testimonio. Gracias, Carlos.
Vivimos tan deprisa y tan apegados a nuestras mundanas necesidades del primer mundo que si fuéramos capaces de tomar distancia y observarnos con atención, sentiríamos rechazo por nosotros mismos. El mundo tiene graves problemas por resolver: se calcula que hay 300.000 niños soldados y que en 2016 son ya 5.000 los refugiados e inmigrantes que han muerto ahogados en el Mediterráneo, pero en general, nos preocupan más nuestros minúsculos problemas del primer mundo que aquello que pueda ocurrir fuera de nuestras fronteras, por terribles que sean esos acontecimientos.
Los vemos tan lejanos que por pensar que podemos hacer poco, acabamos por no hacer nada. Los problemas del mundo no se solucionan aceptándolos con resignación o indiferencia o culpando a los gobiernos. Los problemas del mundo son míos, son tuyos, son nuestros. El mundo se cambia contagiando e inspirando con nuestro comportamiento diario. Si no quiero ver ni un solo ahogado más, só,lo puedo tomar la firme decisión de ir a aportar mi minúsculo granito de arena, que por pequeño que sea, es gigante comparado con la inacción o los cientos de mensajes que podamos poner en el muro de nuestras redes sociales.
Lesbos es una pequeña isla griega en medio del mar Egeo muy cercana a las costas de Turquía. Allí se encuentran dos campos de refugiados: Karatepe, que aún guarda cierta dignidad, donde están las familias completas, mayoritariamente Sirias, pero podía haberlas incluso de República Dominicana. Sí, he dicho, de República Dominicana. Cuando no tienes nada, arriesgas incluso la vida, porque nada tienes que perder más que esta misma, y la desesperación puede llegar a ser tal que incluso la vida llega a no tener ningún valor.
En Karatepe cada familia tiene su propia carpa de Acnur, tienen mantas, tienen colchones y los voluntarios de Remar se encargan de llevarles dos comidas diarias hasta la misma puerta de la carpa. Los niños juegan en la “urbanización” de carpas, y la esperanza por una vida mejor parece que aún no se ha perdido del todo.
El otro campo de refugiados es Moria. Una antigua cárcel con capacidad para 2.000 personas donde se encuentran hacinados más de 5.000 en tiendas de campaña del Decathlon que flotan cuando llueve y el barro cae por el terraplén. La tensión es patente y se respira nada más cruzar esas altas vallas llenas de espinas. Aquí no hay familias, hay mucho chico joven, y alguna mujer con niños pequeños. Cada uno de un país, unas costumbres, un idioma, una cultura. Chicos de Nigeria que huyen porque Boko Haram asesina, secuestra y tortura a quien le da la gana. Adolescentes de Pakistán que no quieren seguir viviendo en un país donde el Isis llega a una aldea para degollar a todas las mujeres y disparar a todos los hombres hasta dejar esa aldea sin rastro de vida. Son historias reales que me han contado mientras ayudaba durante horas haciendo la trivialidad de cortar kilos y kilos de patatas para poder comer esos miles de chicos, mujeres y niños que les une la desesperanza por no ver salida al final del túnel, por ver que las autoridades les tienen allí olvidados y según pasa el tiempo su recuerdo se va diluyendo en nuestros pensamientos. La deshumanización es tal que las mafias han convertido este problema en un rentable negocio donde cobrar de 3.000 a 5.000 euros por persona por un bote sin seguridad ninguna, con sobrepeso. a base de aglomerar más y más personas sin espacio para apenas moverse, donde cada persona no puede llevar ningún equipaje, pues restaría espacio para otro refugiado al que cobrar, y con unos chalecos salvavidas rellenados de basura en lugar de aire que, en caso de necesidad y por su falta de flotabilidad, va ahacer perder una vida más, aumentando el número de las 5.000 personas que ya se han ahogado en el mar Mediterráneo durante 2016. Queda nuestra inquietud o nuestra indiferencia ante este desastre humano que parece ser un callejón sin salida. En nuestras manos está cambiar este mundo.
Boletín nº 78, Enero de 2017.
ÍNDICE
- Editorial.
- Agradecimiento.
- El twit del Papa Francisco.
- Mensaje final del Encuentro Interfamiliar Ávila 2016.
- Carta de las Hermanitas de Jesús en Aleppo.
- Carta desde la Isla de Lesbos.
- Un libro solidario: “Atreverse a creer”, del Hno. Alois de Taize.
- Carta desde Brasil: Germán Calderón.
- Película y libro: “De dioses y hombres” – “El espíritu de Tibhirine”.
- El CMI se reúne con el Consejo Cristiano de China.
- Celebración de la Navidad y Epifanía en la Iglesia Ortodoxa.
- Del Patriarca Ecuménico de Constantinopla sobre el 2017.
- Felicitación del Hno. Mateu Gratacos.
- Oración por la unidad de los cristianos, año 2017.
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La última carta de Charles de Foucauld – Pierre Durieux
Si el hombre fallecido en 1916 pudiera escribir un siglo después… habría podido decir algo así.
A los 6 años quedé huérfano de padre y de madre. A los 20, llegó el turno de marchar a mi abuelo. A medida que avanzaba la vida, el vacío crecía a mi alrededor. Pero el abandono, el rechazo y el fracaso no tendrían la última palabra: yo soy la prueba de ello. ¡La vida no termina a los 20 años!
Tengo dinero, mucho. Organizo fiestas grandiosas y hago correr el vino como una fuente. Por eso me llaman “el grande”. Sin embargo, incluso en medio de estas fiestas siento un inmenso vacío. Estoy a un palmo de la desesperación. ¿Te gustan las fiestas, dices? ¡No te falta razón! ¡Pero prueba a ahondar en aquello que colma de verdad el corazón del ser humano!
Al observar a los musulmanes rezar se ha despertado en mí el sentido de la trascendencia. No encontramos la fe por nosotros solos, sino que brota por la gracia de Dios en contacto con los demás, por los caminos más inesperados.
Mis dudas me persiguieron mucho tiempo y mi angustia existencial fue duradera. Me decía: “Dios mío, si existes, permite que te conozca”. Quise plantearle unas preguntas a un sacerdote, que me pidió por primera vez que me confesara. Este fue el punto de partida de mi conversión: hay que usar gestos propios de la fe para encontrar la fe. Tú también, has de arrodillarte si quieres vivir de pie.
Mi destino patina. Convertido a los 28 años, me piden esperar tres años antes de convertirme en religioso. Lo intento en la abadía trapense de Ardèche, pero busco una vida más radical. Parto hacia Siria. Luego hacia Tierra Santa. Me convierto en jardinero de las clarisas de Nazaret, pero me encuentran poco capacitado para esos trabajos.
Duermo en un cobertizo para herramientas, sobre un banco con una piedra por almohada. Me digo que haría bien haciéndome sacerdote. Me gustaría llevar a Cristo a Marruecos, y finalmente me instalo en Argelia. Ya ves, la santidad no es lineal, ni fácil… Quiero ser el hermano mayor de los que dudan, vacilan, titubean.
Mi gran intuición es la de asumir el último lugar, como el de Jesús de Nazaret durante sus treinta años de silencio y trabajo: “No puedo atravesar la vida en primera clase cuando Aquel a quien amo la atravesó en la última”.
Muchos de nuestros contemporáneos, numerosas personas vulnerables en particular, este último lugar lo viven de forma forzada. En mi caso, a imagen de mi Maestro, lo he escogido. Tomé la alocada decisión de ser el último de mi promoción militar en Saint-Cyr, ¡pero incluso ahí fracasé! Descubrí que este desafío ganaba en nobleza si era en un sentido espiritual.
A pesar de mis peregrinaciones a Tierra Santa y al Magreb, la abadía sigue siendo una madre para mí, y el obispo de Viviers, un padre. Vivo completamente centrado en la Eucaristía: “¡Es Jesús, todo es Jesús!”. Que tu vida esté unida a una comunidad religiosa y a una parroquia, a una diócesis, a amigos felices con los que celebrar juntos.
“Quiero habituar a todos estos habitantes, cristianos, musulmanes, judíos e idólatras, a mirarme como su hermano, el hermano universal”. Los nativos comienzan a saber que los pobres tienen un hermano. Sueño con una pequeña fraternidad “de oración y de hospitalidad que irradie una piedad tal que todo el lugar se sienta iluminado y animado por ella”.
Pero no sueñes con un gran éxito. No esperes levantar un ejército, sino buscar la transformación de la noche soplando las humildes brasas, capaces de iluminar y calentar todo nuestro valle de lágrimas.
He escrito una regla de fraternidad, pero no recibí ni una vocación. Soy consciente de que celebro la misa todos los días en Tamanrasset desde hace 10 años, pero nunca he conseguido un solo converso. Desde el punto de vista humano, es un fracaso total.
No obstante, cien años después de mi muerte veo, desde el cielo, centenares de religiosos, miles de laicos por el mundo que viven según yo vivía, en la escuela del último lugar.
Ya ves, no hay que aspirar a ser la hiedra impaciente ni la parra silvestre conquistadora, sino más bien el tranquilo roble, el humilde tilo, y más aún el grano de trigo, que si “no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Jn 12: 24)
La amistad tiene un precio: ¡la Vida! Morí asesinado hace 100 años. Una realidad para la que estaba listo: “Vive hoy como si debieras morir mártir esta misa noche”, había escrito. Dejo tras de mí un pequeño fuerte en la arena, la sotana blanca manchada del color del sagrado corazón que ostentaba, algunas cartas… Dejo sobre todo mi último lugar, el que tanto amé. Y algunos amigos por el mundo. ¿Y tú?
Pierre Durieux
(Português) Como Festejar o Natal e Ano Novo Com Tantas Desgraças?
Navidad Solidaria – Mariano PUGA
NOTICIAS Y COMUNICACIONES Nº 166- NAVIDAD 2016
Meditación espiritual de la NAVIDAD
Predicación del padre Raniero Cantalamessa
1. Navidad, misterio “para nosotros”
2. “Por obra del Espíritu Santo”
3. “De María Virgen”
4. El tercer nacimiento de Jesús
Ver el documento: NOTICIAS Y COMUNICACIONES Nº 166