Retiro de la fraternidad Iesus Caritas de Argentina, junio 2018. Néstor CRUZ GARCÍA

Del lunes 18 al viernes 22 en la casa Villa Don Bosco en Unquillo, Córdoba, nos reunimos 13 sacerdotes de la Fraternidad para vivir nuestro retiro anual.

El paisaje invernal de las sierras, la calidez de la casa salesiana y la alegría del encuentro entre hermanos crearon el ambiente propicio para  estos días de fraternidad, descanso y oración.

Nos acompañó en la reflexión la Hermanita Adriana, de la comunidad de Hermanitas de Jesús de Monte Grande. Fue muy valioso su aporte centrado en la vida de Jesús en Nazaret  y la búsqueda de esta espiritualidad en el hermano Carlos. Nos aportó desde su ser mujer y desde su experiencia de vida inserta entre los pobres. Fue aún más rica la reflexión porque preparó las charlas con sus hermanas de comunidad y habló desde su propia búsqueda por vivir la espiritualidad de Nazaret.

La primer noche elegimos por votación al nuevo responsable nacional de la Fraternidad. Los nombres de los dos más votados fueron propuestos para una ultima votación. Finalmente resultó elegido Marco BUSTOS, de Córdoba, que aceptó cumplir esta misión con la ayuda de los demás para formar un equipo. Agradecemos a Daniel CABALLERO, que ha cumplido esta tarea en los últimos años y nos ha alentado a seguir creciendo como fraternidad en la Argentina.

El retiro giró entorno a parar y entrar a buscar la sabiduría, en un espacio de encuentro donde compartimos búsquedas, dudas y necesidades. Y fuimos buscando las fotos de lugares y experiencias como el de María con Isabel para encontrar el consejo y la confirmación de nuestra misión, todo bajo la clave de Nazaret como lugar oculto pero a la vez en medio del pueblo, como lugar de humanización, pero también de tensiones y conflictos. Y luego miramos a Jericó como el camino hacia nuestros sueños buscando a la vez el sueño que Dios tiene para nosotros. Y, por último, miramos Betania como el lugar donde está Jesús teniendo como amigos a los pobres. Además de las charlas que fueron profundas y muy movilizadoras, se enriqueció la reflexión con los aportes que cada uno compartía. Todos estábamos muy conformes y agradecidos con la Hermanita Adriana.

El segundo día comenzamos la revisión de vida en tres grupos. Fue muy especial porque aunque no nos conocíamos tanto y logramos una confianza grande para hablar de búsquedas personales. El tercer día vivimos nuestro día de desierto, con muy buen clima en las sierras,  y luego compartimos lo rezado en la misa de la tarde. El cuarto día volvimos a la revisión de vida donde pudimos compartir lo vivido y dar una palabra rezada o una orientación cariñosa a las búsquedas de los otros hermanos. Fue muy reconfortante la experiencia.

Una noche charlando entre varios hermanos, pensamos que, además de este espacio de espiritualidad, podríamos tener más a fin de año: un encuentro para charlar sobre cómo vivir nuestra espiritualidad en medio de las exigencias pastorales y sociales de la realidad. Se planteó en la evaluación final del grupo y quedó como un tema a charlar entre todos, y ver si es posible realizarla.

Todos nos fuimos agradecidos a Dios, muy contentos con el retiro, por la hondura del tema y por lo sereno y fraterno del compartir nuestras vidas, las alegrías y luchas de nuestro ministerio que deseamos vivir en la espiritualidad del Hermano Carlos.

Néstor CRUZ GARCÍA (Nepi), fraternidad de San Isidro

PDF: Retiro de la fraternidad Iesus Caritas de Argentina, junio 2018

Hermano es ser también responsable del otro. Open Hands, junio 2018. Aurelio SANZ BAEZA

La fraternidad nos hace posible vivir el concepto de hermano más allá del lugar de una familia. Hermano es ser más que amigo o compañero. En la vida religiosa se usa mucho la expresión “hermanos en Cristo”. Esto puede suponer un realidad o bien una forma educada de hablar. A mí me gusta más “hermanos como Jesús”. Somos una parte de él y él de nosotros.

En la fraternidad ser hermanos es también ser un apoyo en su misión, en su persona como trabajador, que me preocupe lo que hace, sus ilusiones, su salud, sus problemas, sus alegrías… No sólo somos hermanos para rezar juntos, o celebrar la eucaristía y darnos el abrazo de la paz. Somos hermanos cuando la vida se hace problema y cuando la vida fluye con sencillez, en lo pequeño, en Nazaret.

En la revisión de vida tenemos el espacio donde ponemos sobre la mesa el libro abierto de nuestro corazón. Es importante que el libro esté abierto, que se pueda leer, que no le falten páginas, aunque las páginas sean viejas, o arrugadas, o manchadas…

Ser hermano es ser también responsable de la alegría de los otros hermanos, en su vida, porque vivir la fraternidad en el encuentro mensual o en un retiro no es difícil. Lo que nos hace misioneros es seguir siendo hermano en cada día de nuestras vidas. Por eso mi misión es también la misión de mis hermanos, y mis dificultades son objeto de ayuda de los demás, y así recíprocamente.

La fraternidad no es sólo un grupo de compañeros sacerdotes, con una espiritualidad, la del hermano Carlos, que nos guía y nos da un estilo pastoral y celebrativo. Los hermanos en la fraternidad debemos tener la libertad para decirnos con claridad las cosas. Si no con una comunicación perfecta, sí con una palabra sincera, transparente, donde nos podamos escuchar los unos a los otros. Por eso la revisión de vida es el medio donde nosotros nos miramos en el espejo de los demás, donde nos quitamos lo pesado en nuestras vidas que nos paraliza algunas veces, o que nos provoca miedos o prejuicios. La revisión de vida es un espacio de armonía, donde los que miran son los ojos del corazón, como miraba Jesús.

Carlos de FOUCAULD nos enseñó en la complejidad de sus búsquedas, sus cambios, a encontrar la voluntad de Dios, que es lo que Dios quiere para el mundo, para la Iglesia, para nuestras fraternidades, para cada uno de nosotros. No es una receta médica o consuelo psicológico. Es saber escuchar a Dios en el silencio, poder vivir el estilo de Nazaret con las personas de nuestro entorno, sean religiosas o no, sean cristianas o de otras confesiones. Cuando nos ayudamos como hermanos a vivir esto, dejando la teoría a un lado, estamos ayudando al mundo a ser más feliz.

Tenemos muchos desafíos en nuestras vidas, como sacerdotes con muchas responsabilidades, y como misioneros. El Evangelio es el camino de cada día, y hay que luchar, como Jesús, con nuestras fuerzas, las que tenemos. El estilo de misión del hermano Carlos nos llama a responder a ese desafío. La sociedad nos exige ser eficaces y eficientes, y nos impone un ritmo que no nos hace bien. Nuestro espíritu, vida de oración, nuestro ser integral, se encuentra a veces herido, dañado. Los hermanos nos ayudan a curar las heridas, a transformarnos, a ser hombres nuevos.

En enero de 2019 celebraremos nuestra Asamblea General en Cebu, Filipinas, y este tema de la misión como sacerdotes diocesanos inspirados por el carisma de Carlos de FOUCAULD va a ser estudiado, tratado, con muchas llamadas a nuestras vidas personales y a las fraternidades del mundo. No lo dejemos para el último momento…

Ánimo y fuerza en el próximo Mes de Nazaret también en Filipinas. El Mes de Nazaret es el espacio y tiempo de un gran privilegio para vivir la fraternidad en toda su extensión, encontrando a los demás, a los hermanos, encontrando a Jesús, viviendo el desierto como el regalo de Dios que nos busca para darnos todo su amor y llamarnos hijos suyos.

Un abrazo grande y fraternal.

Aurelio SANZ BAEZA, hermano responsable

Perín, Cartagena, Murcia, España, 10 junio 2018

PDF: Hermano es ser también responsable del otro. Open Hands, junio 2018