Fraternidad Sacerdotal Iesus Caritas. España.
RETIRO DE PASCUA 2020
LA VIDA PARA EL HERMANO CARLOS
INTRODUCCIÓN,
martes, 14 abril, noche
De esta manera telemática, este retiro de Pascua, -encuentro entre hermanos y momento contemplativo para celebrar a Jesús Resucitado- os ofrezco las reflexiones e invitación a la adoración, Cristo, pan y vino, liberado de la muerte y de la losa, caminante, peregrino con nosotros en este momento difícil de la humanidad… Cristo Vivo hoy nos invita a estar estos tres días en retiro gozoso con los seres humanos que tienen en su vida la esperanza de un mundo mejor. Por él fuimos salvados desde la cruz. Por él somos motivados a seguir en el trabajo del Reino. “Todo es de Dios… Le debemos todos los momentos de nuestra vida. Nuestro ser y existir: hagamos todo por Dios”. Carlos de FOUCAULD, “Escritos Espirituales”.
Desde nuestro hermano Carlos, con todos los aspectos y factores de su vida, sus intuiciones y contradicciones, saboreemos la vida, como saborea lo que es pequeño y simple quien es verdaderamente pobre. Se dejó encontrar en la mañana de Resurrección y su gozo nos llega a nosotros, que tratamos de vivir su carisma como hombres de fe. Hagamos en esta Pascua un espacio a la alegría, al sueño – los sueños del hermano Carlos -, la vida, y ésta aprovechada cada instante, con la esperanza de quien sueña un mundo nuevo y los sufrimientos, los propios y los de la humanidad, no son un obstáculo: “Si algún día la tristeza te hace una invitación, dile que ya tienes un compromiso con la alegría y que le serás fiel toda la vida. Donde hay verdad, también hay luz, pero no confundas la luz con el flash”. (Papa Francisco)
La alegría que no siempre es risotada, ni producto de un triunfo personal. La alegría de los discípulos al ver al Señor, junto con los miedos al “qué va a pasar ahora”. Es la alegría del hermano Carlos que se encuentra cada día en Nazaret, en Beni-Abbès o Tamanrasset con la gente, de los que aprende un idioma, una manera de relacionarse, un estar a la escucha, como en Marruecos encontró una fe en los musulmanes que le transmitían la grandeza de Dios. No eran buenos tiempos ni política, ni económicamente para el mundo; la miseria y las epidemias también azotaban a muchos países, de diferentes maneras y con consecuencias dispares, como fue la Primera Guerra Mundial, la expoliación de los recursos en las colonias de Occidente en África, en Asia… ¿Qué mayor pandemia que el egoísmo de los poderosos? ¿Hay vacuna para eso?
He tenido que rehacer todo lo preparado para estos días ante la coyuntura que estamos viviendo, y, siendo realistas, no podemos dejar a un lado la situación de nuestro mundo, el más cercano a nosotros o el que no nos toca de cerca. Es una Pascua muy especial, como creo que hasta ahora no habíamos vivido. A pesar de todo, vivámosla como nos invita la Iglesia y nuestro ser profundo, tal y como cada uno somos.
Especialmente para mí, en estos días de Pascua, van a estar en el corazón hermanos nuestros que ya han celebrado su Pascua plena recientemente: Manolo BARRANCO, Mariano PUGA, Michel PINCHON, Margarita GOLDIE, Antonio L BAEZA… tantos hermanos y hermanas resucitados…
Volvamos en estos a días a dejarnos sorprender por la Buena Noticia de Jesús Resucitado, del que está vivo en los humildes, en los hospitales, los barrios marginales, las cárceles, las aldeas sin luz ni agua en tantos lugares del mundo; de ese Cristo que ha pasado por la cruz, pero que no ha pasado de la gente; el que, desde tantos hombres y mujeres que en estos meses están trabajando por nosotros, nos libera de los miedos y nos tiende la mano.
Nos ponemos, pues, en la presencia de Dios, sin olvidar la presencia del dolor, de la esperanza y de las alegrías. Nos ponemos en sus manos, como rezamos en la Oración de Abandono, y la rezamos… “Padre mío, me abandono a ti…”
Con todo el amor de nuestro corazón, con infinita confianza, sigamos creyendo en la vida, iniciando este retiro de Pascua.
“Allí donde yo viva y la vida brote en mi, allí veré al Resucitado y experimentaré a Dios.” Anselm GRÛN, “Buscar a Dios en lo cotidiano”, Narcea.