Noticias y Comunicaciones Nº 326

«Dichosas las personas que creen sin ver»
a propósito de Teresa de Lisieux

Para encontrarse con Dios hay que buscarlo. Esto es importantísimo sin que ello suponga que la búsqueda y el deseo funden y den entidad a la realidad deseada. Se busca y desea porque la realidad, existente independientemente del deseo, provoca el deseo. Por ello, la presencia o la ausencia del deseo de Dios marca una diferencia fundamental. Quien no desee la libertad o la fraternidad, difícilmente las buscará. Y si se encuentra con ellas, difícilmente las va a reconocer en lo que son. Lo normal es que tienda a interpretarlas más allá o más acá de ellas mismas. La dureza de la realidad, se podrá sostener, hace imaginar o fantasear tales ideales inalcanzables o es una herencia de un periodo infantil o mitológico de la humanidad.

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Carta de Córdoba – septiembre 2022

Queridos hermanos de las Fraternidades de América:

Un saludo muy fraterno desde Córdoba, donde hemos sido acogidos muy cálidamente por nuestros hermanos argentinos, en la Casa de Ejercicios Espirituales, Catalina de María. Nos hemos reunido hermanos Responsables Nacionales y delegados de siete países: Chile, Argentina, Brasil, República Dominicana, México, Estados Unidos y Quebec-Acadie. Nos hemos sentido animados por los mensajes enviados por Eric Lozada, Responsable Internacional, Ángel Rossi, Arzobispo de Córdoba, por Rafael Felipe, obispo emérito y fundador de nuestra fraternidad en República Dominicana y por la visita de Ricardo Seirutti obispo auxiliar de Córdoba.

Siguiendo la línea de nuestra Asamblea Mundial en Cebú, Filipinas (2019) y las Orientaciones del Papa Francisco, nos hemos centrado en el tema de la MISION EVANGELIZADORA.

Compartimos experiencias misioneras llevadas a cabo por nuestros hermanos en las periferias geográficas y existenciales de nuestra América: personas con discapacidad, adictos, migrantes, pueblos originarios, poblaciones afectadas por megaproyectos mineros, minorías excluidos por distintos motivos y enfermos. Incluimos también a sacerdotes en crisis. Los hermanos de Brasil nos compartieron una hermosa experiencia al respecto. Son diversas formas de pobreza en las cuales encontramos a Cristo Crucificado y Resucitado, devolviendo su dignidad y su esperanza a aquellos que nuestra sociedad descarta, margina e invisibiliza. Él ha llegado a las periferias antes que nosotros, los misioneros, y está haciendo su obra liberadora.

Nos sentimos signos e instrumentos de este Cristo “que pasó haciendo el bien” a través de la cercanía a los más vulnerables, la escucha atenta, el diálogo, la compasión y la acción solidaria. Nunca solos. Siempre trabajando con otros sacerdotes, con religiosas, diáconos, laicos y laicas y hombres y mujeres de buena voluntad. La pandemia nos ha enseñado a trabajar en red porque “todos vamos en el mismo barco” como dice el Papa Francisco y somos todos hermanos y hermanas.

Nuestra presencia solidaria, alegre, bondadosa y comprometida con la dignidad humana, como la del Hno. Carlos de Foucauld, es el primer paso en la evangelización. Es “gritar el Evangelio con la vida”, como él mismo nos decía. Creemos firmemente en la fuerza evangelizadora del testimonio personal y comunitario. Su canonización en mayo pasado nos confirma en este modo de anunciar el Evangelio y nos impulsa a compartir nuestro carisma con otros sacerdotes en diferentes diócesis y países de América donde aún no está presente nuestra Fraternidad Sacerdotal.

La frecuencia con la cual el Papa Francisco menciona al Hno.Carlos en sus documentos oficiales, en sus discursos y homilías nos muestra que su testimonio es una riqueza y una inspiración para la misión evangelizadora de la Iglesia hoy, en el mundo de la postpandemia herido por el hambre, la violencia, las desigualdades y el secularismo. Sentimos la responsabilidad histórica de ser más fieles a nuestro carisma y cultivarlo más intensamente con los medios propios de nuestra espiritualidad: la adoración y la Eucaristía, la
revisión de vida, el día de desierto, la vida fraterna y la cercanía a los pobres.

Nuestro trabajo evangelizador y solidario entre los más abandonados y despreciados, quiere ser una parábola de un mundo fraterno, una semilla del Reino que inauguró Jesús de Nazaret y una denuncia profética del pecado social. Nuestra misión, animada por el Espíritu Santo, está orientada a forjar la fraternidad en el mundo de hoy como nos enseña el Papa Francisco en Fratelli Tutti.

Damos gracias a Dios porque en esta Asamblea tuvimos experiencia de esta fraternidad, vivida en el diálogo respetuoso, la alegría y la búsqueda de caminos nuevos para nuestra acción evangelizadora. Estamos conscientes de las fortalezas y debilidades de nuestras fraternidades en América, principalmente del envejecimiento de muchas de ellas, pero valoramos y queremos inspirarnos en el testimonio de fidelidad de nuestros hermanos mayores. Les agradecemos los largos años que han perseverado intentando construir “una Iglesia pobre y para los pobres” como dijo el Papa Francisco en los inicios de su pontificado, sufriendo, muchas veces, la incomprensión, la marginación y el descrédito.

Queremos seguir fortaleciendo nuestra comunión continental a través del intercambio de experiencias misioneras, la formación de un Equipo Panamericano de animación de nuestras fraternidades y la realización del primer Mes de Nazaret panamericano. Este tendrá lugar en República Dominicana, del 2 al 28 de Julio de 2023. Finalmente agradecemos a Fernando Tapia de Chile, su servicio como Responsable Continental durante seis años y ofrecemos nuestro apoyo y nuestra oración a nuestro nuevo Responsable Pan-americano Carlos Roberto dos Santos de la Fraternidad de Brasil.

Ponemos nuestras Fraternidades bajo el amparo de María, nuestra señora de la Visitación.

PDF: CARTA DE CÓRDOBA. es

LA MISIÓN EN FRATELLI TUTTI. Willians Roque de BRITO

El 3 de octubre de 2020, víspera de la memoria de san Francisco de Asís, el Papa Francisco sorprendió al mundo con su carta encíclica titulada Fratelli Tutti – Todos Hermanos. En ella ha convocado a los cristianos y a toda persona de buena voluntad a comprometerse, de corazón abierto, con un ideal común por el que se puedan construir lazos de fraternidad y amistad social. En sus palabras, el Papa Francisco nos recordó “¡cuán importante es soñar juntos! […] Solo, se corre el riesgo de tener espejismos, viendo aquello que no existe; es junto a lo que se construyen los sueños” (Fratelli Tutti, n.8).

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Carta del Equipo Internacional sobre la difusión de nuestra Fraternidad Sacerdotal IESUS CARITAS – septiembre de 2022

“Navega mar adentro y echa las redes para pescar” (Lc. 5,4)

Queridos hermanos,

LA CANONIZACION DEL HERMANO CARLOS.

Su canonización en Roma el 15 de mayo de este año fue una gran experiencia para todos los que tuvimos el privilegio de participar en este evento. Una y otra vez, se dijo que para la familia espiritual de Carlos de Foucauld la canonización es un gran regalo. Pero es mucho más, su vida, su camino espiritual y su carisma es un gran don, no solo para la Familia Espiritual, sino para toda la Iglesia. El don de su carisma no ha sido cambiado o aumentado por la canonización, sino que ha sido sacado a la luz y ha sido reconocido oficialmente por la Iglesia.

Estamos convencidos de que pertenecer a nuestra Fraternidad con sus características especiales puede apoyar muy bien el ministerio sacerdotal y formarlo de una manera valiosa. Quizás algunos de nosotros ya no seríamos sacerdotes si no hubiéramos conocido a los hermanos de la Fraternidad sacerdotal Jesús Cáritas.

COMPARTIENDO EL DON

Desde esta convicción queremos desarrollar un nuevo impulso para dar a conocer nuestra Fraternidad sacerdotal, especialmente en lugares y países donde no hay fraternidades.

Queremos ofrecer nuestra Fraternidad Sacerdotal como una forma de vivir el ministerio sacerdotal acompañado de hermanos, de permanecer en contacto vivo con las Sagradas Escrituras como una de nuestras fuentes más importantes de crecimiento espiritual, de desarrollar la dimensión contemplativa de nuestras vidas a través de la adoración y los días de desierto y, finalmente, de no perder la cercanía y el servicio a los pobres, en un estilo de vida sencillo.

Por eso, queridos hermanos, les pedimos que reflexionen intensamente, solos y en comunidad, sobre las posibilidades que ven para difundir la semilla del carisma de nuestra Fraternidad sacerdotal. ¿Hay regiones en nuestro propio país, hay países vecinos, donde podríamos ofrecer el carisma de nuestra Fraternidad sacerdotal?

EN COMUNIÓN CON NUESTRA FAMILIA ESPIRITUAL.

En el origen de la formación de nuestra Fraternidad sacerdotal estuvieron las Hermanitas y los Hermanitos de Jesús. Su forma de vivir el Evangelio, que era tan nueva en ese momento, fascinó a muchos sacerdotes. Estos sacerdotes no querían convertirse en religiosos, sino permanecer en el ministerio como sacerdotes diocesanos, pero querían vivir algo del carisma del Hno. Carlos. Así es como la Fraternidad sacerdotal nació en Francia en la década de 1950, primero llamada “Unio sacerdotalis”, más tarde Jesús Caritas.

Esta observación de los orígenes puede ser significativa para nosotros hoy. Porque para tener un punto de partida para la difusión de la Fraternidad sacerdotal, el entorno de las Hermanitas y Hermanitos sigue siendo uno de los mejores apoyos. Por lo tanto, para nuevas fundaciones es sin duda un buen consejo poner las antenas en esta dirección.

En Roma, en la reunión de los responsables de las diversas ramas de la Familia Espiritual, notamos algo más: en muchos países hay ramas de la familia espiritual, especialmente comunidades laicas, pero no fraternidades sacerdotales. Probablemente allí se podría encontrar un punto de contacto para dar a conocer nuestra Fraternidad e invitar a algunos sacerdotes a participar en ella y para introducir a los sacerdotes en “los medios espirituales” de nuestra Fraternidad.

¿Cómo PROCEDER?

Tres aspectos nos parecen importantes:

1. Fase de preparación:

Aquí la primera pregunta es: ¿Realmente tenemos la convicción de que es bueno que alguien conozca la Fraternidad sacerdotal y se una a ella? Si faltara esta convicción, probablemente no habría razón para comenzar con una iniciativa de difusión de nuestra Fraternidad sacerdotal. Esta convicción debe ser compartida por algunos sacerdotes, porque un “proyecto misionero” no es un asunto de una persona, sino siempre de un pequeño grupo.

Otro elemento importante en esta fase es la búsqueda de contactos y puntos de contacto. Esta es probablemente una de las tareas más difíciles: encontrar un grupo de sacerdotes que estén dispuestos a comprometerse a estar unos días con Carlos de Foucauld. Finalmente, la preparación también debe incluir la oración por un buen resultado. Estamos convencidos de que especialmente los sacerdotes mayores de entre nosotros estarán felices de asumir este ministerio.

2. Fase de implementación.

La forma más adecuada nos parece que es organizar una “SEMANA CON CARLOS DE FOUCAULD”. En esta semana debe haber dos puntos focales: a) Presentación de la biografía del santo; b) Presentación de la Fraternidad sacerdotal con sus medios de crecimiento espiritual. La semana debiera vivirse en un clima orante, fraterno, alegre y servicial.

3. Fase de seguimiento.

Así como cada planta recién sembrada necesita cuidado y crianza, también sucede con una Fraternidad recién fundada. Necesita acompañamiento para poder pararse sobre sus propios pies. Para ello, es importante la integración a nivel nacional y continental, pero sobre todo el contacto y el intercambio con sacerdotes experimentados. La forma concreta de esta “tutoría” será muy diferente y depende de las respectivas circunstancias y personas. Nos parece importante planificar algún tipo de acompañamiento desde el principio.

Queridos hermanos, sabemos que todos los intentos en esta dirección no son fáciles. Pero creemos que es importante y nos parece que ahora es un buen momento para hacerlo. Por lo tanto, les instamos a que conversen el tema y lleven a cabo algunas iniciativas.

Pedimos especialmente a los hermanos Responsables Continentales y Nacionales dar prioridad a esta Carta en sus próximas Asambleas.

También les pedimos que nos informen de cualquier paso que den en esta dirección. Tal vez tengamos maneras de apoyarlos.

Les deseamos valor y confianza en su importante ministerio.

Equipo Internacional
Eric, Honoré, Fernando y Matthias
(Traducción al español Fernando Tapia)

PDF: 22-06-28 jesus Caritas, letter, difusión – es

Horeb – Ekumene, septiembre 2022

Sumario

  • Editorial – J. Álvaro Ricas Peces. – Pág. 3
  • Espiritualidad evangélica – CEHCF: Juntos en un camino de amor – Julia Crespo Benito. – Pág. 5
  • El hermano Carlos habla… – Carlos de Foucauld y los Padres del Desierto. – José Luis Vázquez Borau. – Pág. 7
  • Textos para la reflexión – Carlos de Foucauld y América latina.. – Rogelio Bernal Vélez. – Pág. 10
  • Conferencia de LAMBETH – Una visión del movimiento anglicano continuante – Hugo Sánchez – Pág. 13
  • San Juan Crisóstomo – Testigos de Cristo. Taizé – Pablo César Ghilini – Pág. 16
  • Oraciones – Pág.18

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La Revisión de Vida, escuela de fraternidad. Manuel POZO OLLER

Retiro Fraternidad Sacerdotal
Iesus Caritas de España

Galapagar, Madrid, agosto 2022

I ¿Qué dice el Directorio?

«Es, sobre todo, en la Revisión de Vida donde la fraternidad ejerce su función como regla de vida. Se habla mucho de revisión de vida, pero indicando realidades diferentes: distintos intercambios, estudios de Evangelio, revisión de vida apostólica. Para nosotros, en fraternidad, la Revisión de Vida es un acto de fe común, en el que compartimos los acontecimientos, preocupaciones, esperanzas y decepciones, una lectura en común de la vida para descubrir en ella las llamadas del Señor (…)
La Revisión de Vida es, primeramente, una mirada contemplativa a la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas. Y al mismo tiempo, es el medio de una conversión permanente que debe alcanzar también a lo mejor de cada uno, para estar siempre disponibles a las llamadas del Señor, precisamente allí donde no se esperaban, donde no le habíamos visto u oído hasta ahora. La Revisión de Vida nos ayuda a descubrir al Señor siempre más grande, siempre distinto e, incluso, desconcertante para nosotros.
Hay una unidad de proceso entre la Revisión de Vida y los demás medios de la Fraternidad. La Revisión de Vida se prepara preferiblemente en el desierto, siempre en la oración y, si es posible, por escrito. Mejor es no hacerla que improvisarla. Supone un clima de oración, escucha de la Palabra de Dios, atención de unos para con otros. No hay que temer los momentos de silencio. Hay que tener el valor de interrogarse mutuamente, con delicadeza, pero con franqueza, sin miedo a las tensiones y a los posibles enfrentamientos. La falsa amistad es la muerte de las verdaderas revisiones de vida y, por tanto, de la fraternidad.
Hacer Revisión de Vida implica un compromiso de cada uno para la realización de las llamadas recibidas juntos. Cada uno debe sentirse responsable y solidario de los demás.
Una Revisión de Vida auténtica puede introducirnos en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo actuando en nosotros. Y, a veces, nos conducirá hasta el sacramento de la reconciliación».

II Para comprender la RV en cuanto escuela de escucha, discernimiento y fraternidad

Junto con la adoración es el punto fuerte del Retiro.
Tiene como objetivo ayudarnos a tener una visión contemplativa sobre la vida, sobre la realidad. Ver la vida con los ojos de Dios.
No es una mera técnica de encuentro fraternal o de grupo. Trata de educar un corazón contemplativo.

No es, por tanto, ni confesión, ni dirección espiritual. ni herramienta para comprender o interpretar.
Se trata de:
1. Una manera de buscar la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, hablando con nuestros hermanos para que a partir de la búsqueda puedan ayudarnos a encontrar la voluntad de Dios. No es pedir consejo, sino discernir juntos. Se prepara la RV en la adoración y el silencio
2. Una manera de leer el Evangelio en la vida de los hombres, y una manera de leer el Evangelio en la Iglesia. Leer en los hechos, y en grupo, las mociones del Espíritu.
3. Un encuentro con Jesús hoy, un Jesús que vive en las realidades del mundo y de los hombres de hoy.
4. Una interrogación sobre mi manera de ser y de vivir, a través de lo que viven los otros.
5. Una participación fraternal en la vida de los hermanos.
¿Cómo se prepara?
Se prepara en la adoración y el silencio. Un tiempo de silencio en el que se mezclan hechos de vida y adoración.

III Vida fraternal y RV

En la Fraternidad, la RV debe ser también compartir la manera en que la relectura de la vida nos devuelve a las intuiciones de Carlos de Foucauld y de la Fraternidad: adoración, Evangelio, preocupación por los pobres, y ser hermanos, como Jesús.

* Su fundamento teológico es la experiencia bíblica de que el Señor va compartiendo con su pueblo y los que lo forman su propia historia, haciendo de la historia de cada uno una historia de salvación. Esa mirada contemplativa nos va a ayudar a aprender a ver la doble cara de toda situación. Hay un primer aspecto que vemos, y en el fondo un toque de Dios.
* Además de ser la materia que miramos contemplativamente, es el medio de una conversión permanente. Siempre que vamos a la RV, vamos en una actitud de conversión, dispuestos a ver qué zona de nosotros ha de cambiar, a de los demás, para ayudarles a leer el camino.
* Vivir juntos la RV es vivir una experiencia de Dios, enorme, a través de las situaciones que en la RV vamos presentando: vamos viendo la providencia de Dios y su amistad.
* Por eso a veces provocará una acción de gracias. Otras, una petición de perdón, o petición de ayuda para realizar lo que vemos.
* Son tan importantes las palabras como los silencios. Sin prisa. Hay silencios interesantes, de uno o del grupo, a respetar, para interiorizar, para pedir ayuda, para dejar que cale lo que escuchamos. Hay que respetar el ritmo que nos pide una comunicación seria.

Manuel POZO OLLER, fraternidad de España

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Carlos de FOUCAULD, inspirador de sueños. Margarita SALDAÑA

Los sueños de Francisco.

Fratelli Tutti es una encíclica que invita con entusiasmo a participar en los grandes sueños de Francisco: «Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos» (FT 8). El Papa no se queda en el reducido círculo de los católicos, sino que comparte sus sueños con toda la comunidad humana, convencido de que es necesario aunar los esfuerzos de todas aquellas personas que portan en su corazón un «deseo mundial de hermandad» (Id.).

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Noticias y Comunicaciones n° 324

El silencio es nuestro gran enemigo, pues nos lleva a nuestros interrogantes y a nuestras verdades más íntimas. Es por esto que no queremos escucharlo. Sin el silencio interior no podemos escuchar a Dios y no podemos reconocer su presencia en nuestra vida. Sin el silencio interior no podemos crecer como personas ni como creyentes. San Bernardo, refiriéndose a un teólogo le dice: «Árido es todo el alimento del alma si no es rociado con este aceite; es insípido si no se sazona con esta sal. Lo que escribes no tiene sabor para mí, si no leo en ello a Jesús». Y afirma: «Solo Jesús es miel en la boca, cántico en el oido, júbilo en el corazón».

Se entiende por espiritualidad una existencia religiosa comprometida.

El elemento más importante de la espiritualidad es el compromiso de fe de una existencia con Dios. Se trata de una experiencia, de un entendimiento y una comprensión de la relación con Dios, así como una actitud ética que gobierne la vida de la persona. De esta manera podemos decir que hay una espiritualidad hindú, budista, judía, musulmana y cristiana.

La espiritualidad cristiana es la forma en que una persona, que está animada por la presencia viva y por la acción del Espíritu de Cristo, reacciona y actúa habitualmente de acuerdo a Él. De esta forma la espiritualidad cristiana abarca toda la persona humana (cuerpo, alma, espíritu). Para San Pablo una persona es espiritual, cuando todo su ser y toda su vida están or-
denados, dirigidos e influenciados por el Espíritu de Dios (1 Cor 2,12, 14) por su aliento, que es vida. Actualiza el espíritu de Jesús.

Hay que entrar en lo profundo de nosotros mismos, donde reina el silencio, para encontrarse con el Maestro interior: Cristo Jesús, en quien reconocemos «la imagen visible del Dios invisible» (1 Col1,15). Por medio de Él vislumbramos tanto lo que es Dios como lo que estamos llamados a ser. El cristiano es aquel que vive de la luz de Cristo y es el mismo parte de esa luz, lo que comporta una gran responsabilidad social. El encuentro con Cristo no nos aparta de la tarea de transformar el mundo, sino que nos empuja a un compromiso cósmico e histórico sir reserva. (JLVB)

PDF: BNC 324