Queridos hermanos,
Hemos vivido días muy intensos tanto en Roma como en Graz (Austria). La canonización del Hermano Carlos ha significado para nosotros una gran alegría, compartida con tantos laicos y laicas, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos provenientes de todo el mundo. La vigilia previa, la canonización misma y la misa de acción de gracias al día siguiente nos puso en contacto con toda la Familia Espiritual inspirada en Carlos de Foucauld. Especial mención tenemos que hacer al Encuentro que la Familia tuvo en Roma y a la audiencia que les concedió el Papa Francisco. Nosotros estuvimos representados por nuestro hermano Eric Lozada. Más que nunca nos sentimos una rama de un mismo árbol cuyas raíces se hunden en el testimonio y los escritos del nuevo santo.
Nos hemos dado cuenta de que su figura ha despertado mucho interés en todo el Pueblo de Dios, particularmente en sacerdotes diocesanos jóvenes lo cual nos llena de esperanza. También sentimos un urgente llamado de Dios a ser más fieles al carisma del Hno. Carlos: su profunda vinculación con su amado hermano y Señor Jesús, su acogida a todo hombre y mujer como un hermano, su estilo de vida sencillo y pobre, su celo misionero motivado por una verdadera inculturación.
Como Equipo Internacional queremos seguir animando la vida espiritual de nuestras Fraternidades en todo el mundo, a través de nuestras Cartas con ocasión de la celebración de los grandes misterios de la vida cristiana, de nuestros subsidios para la formación permanente en los grandes pilares de nuestra espiritualidad y de nuestra presencia en acontecimientos importantes como las Asambleas Continentales.
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