Nuestro hermano Mathieu SAWADOGO

mathieu-sawadogoEl padre Mathieu Sawadogo, de la Fraternidad Sacerdotal Iesus Caritas de Burkina Faso a sido llamado a Dios el viernes, primero de mayo de 2015. Sus exequias tendrán lugar el lunes, 4 de mayo, en Ouahigouya. Ha muerto como consecuencia de un accidente de circulación cuando iba al Monasterio de Santa Clara de Saye (a 7 km de Ouahigouya) para administrar el sacramento de la Reconciliación a las monjas.

Nacido en 1958, ordenado sacerdote el 9 de julio de 1988, y fallecido a la edad de 57 años, el padre Mathieu ha ejercido su ministerio sacerdotal en diferentes parroquias e instituciones de la diócesis de Ouahigouya (Ouahigouya, Secretariado episcopal, Kongoussi, Capellanía de Juventud, Titao, Bam) Después de una estancia de estudios y cooperación misionera en México, desde 2008 a 2012, vuelve a Ouahigouya y se hace cargo como director espiritual de los seminaristas menores y confesor de las monjas Clarisas de Saye.

El padre Mathieu era uno de los miembros comprometidos de la Fraternidad Sacerdotal Iesus Caritas de Burkina. Guardamos de él el recuerdo de un hermano muy humilde, muy cariñoso y muy atento con las alegrías y los sufrimientos de los demás. Su muerte es un hecho triste para su diócesis y para la Familia de Carlos de Foucauld en Burkina. Recemos por él para que el Señor lo acoja en la vida eterna.

Agradecimiento de José María BALIÑA

¿Con qué pagare al Señor todo el bien que me hizo?

Le doy gracias a Dios, Padre Bueno, a quien empecé a descubrir en la belleza y la inmensidad de la Creación.

Le doy gracias al Señor Jesús, que por su Encarnación se ha hecho visible y palpable.

Le doy a Dios, Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, por vivir en la Iglesia.

Le doy gracias por la primera iglesia donde lo conocí. En esa iglesia éramos nada mas que 10: papá,mamá y los 8 hermanos.

(Me gustaría abrazar a todos y a cada uno pero se haría un poco largo:)

  • En la persona de mi madre quiero agradecer y abrazar a tantas madres y padres, tantísimas familias que, dentro de sus límites, nos permiten experimentar el Amor.

Le doy gracias al Señor por la segunda iglesia en donde lo seguí descubriendo.
Acá éramos 9: la comunidad Raider del grupo Scout de la parroquia San Martín de Tours

  • En la persona de un amigo desde aquella época (Juan) quiero abrazar a tantos hermanos que a lo largo del camino me ampliaron el horizonte y mi capacidad de creer, amar y servir.

Le doy al Señor por haberme encontrado con su presencia viva en la comunidad orante del Monasterio de los Toldos.

  • En la persona del P Pedro quiero abrazar a todos los sacerdotes, contemplativos y contemplativas, que con paciencia y entrega acompañaron mi búsqueda.

Le doy gracias al Señor por descubrirlo vivo en los distintos grupos, movimientos y comunidades por donde fui pasando:

  • En la parroquia Resurrección del Señor donde fui dirigente, seminarista y luego párroco.
  • en la Pastoral Universitaria
  • en el Seminario
  • en las parroquias donde pasé como seminarista Sta Rosa, San Ramón, como diácono en San Pedro Apóstol, como sacerdote en la Inmaculada Concepción de Belgrano, San Pablo Apóstol, Sagrada Eucaristía, San Isidro Labrador
  • en cada fraternidad sacerdotal donde se hizo presente al reunirnos en su nombre
  • En el P Rubén Soto quiero agradecer a mis hermanos sacerdotes que sostuvieron mi ministerio con su oración, comprensión y fraternidad
  • y En Sofía, del último grupo misionero donde participé (el mes pasado) agradezco a todos los que me acompañaron en estos años a transmitir la alegría del Evangelio

Le doy muchas gracias al Señor por su ternura manifestada a través de su madre la Virgen María y transmitida por su pueblo santo.

Vamos a encomendarnos todos a su cuidado maternal.

+ José María

Mons. José María Baliña fue ordenado obispo

Lunes 2 Mar 2015 | 13:53 pm

(Enviado por Pablo Andrés GONZÁLEZ, fraternidad de Argentina. Fuente: AICA, Buenos Aires)

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Monseñor José María Baliña fue ordenado obispo el sábado 28 de diciembre, en una celebración eucarística que tuvo lugar en la catedral metropolitana. El sacerdote porteño recibió la ordenación de manos del arzobispo, cardenal Mario Aurelio Poli, y de los obispos coconsagrantes Oscar Vicente Ojea, de San Isidro, y César Daniel Fernández, de Jujuy.

La misa de ordenación episcopal fue acompañada por una gran cantidad de obispos y sacerdotes del clero porteño y de otros presbiterios, así como también fieles de las parroquias por las que pasó el padre Baliña. También estuvieron presentes los amigos y la numerosa familia del prelado.

El cardenal Poli presidió la celebración y tuvo a su cargo la homilía de la misa de ordenación. El evangelio leído fue el del Buen Pastor que da la vida por su rebaño. El purpurado agradeció a monseñor Baliña por haber aceptado el nuevo encargo y reflexionó sobre la misión del obispo, que debe “apacentar” a las ovejas.

El arzobispo de Buenos Aires invitó al nuevo obispo a imitar el modo de apacentar del Buen Pastor, a tener la misma sensibilidad que Jesús inculcó a sus discípulos durante su ministerio público.

“Si la Iglesia hoy nos pide que nos revistamos de la compasión de Cristo, es para imitar el modo de acercarse al dolor de cada hombre y mujer que sufre, para tocar sus llagas y buscar a las ovejas que hoy todavía no son de este redil”, dijo el cardenal.

El arzobispo aseguró que los fieles tienen derecho a ver en su obispo el rostro de Jesús, que vive la compasión con los afligidos. “También el rostro lleno de perseverancia de quien es perseguido a causa del evangelio”, agregó.

“Querido José María, reparo en este sentimiento del Señor Jesús, pastor de pastores, porque es lo que da sentido a toda nuestra actividad pastoral. La compasión, que viene de la mano de la misericordia, y la ternura embellecen nuestro ministerio y lo hacen más profundo. Sin ellas, nuestro servicio se hace una estéril gestión. Lo nuestro es un oficio, pero un oficio compasivo”, subrayó el arzobispo.

“¿De qué otro modo podemos ver nuestra ciudad y a su gente, si no con la mirada comprensiva y compasiva por las miserias del alma y del cuerpo?”, preguntó el purpurado. “Tu elección como obispo –añadió- viene en nuestra ayuda para buscar en nuestras calles al Dios escondido, que se esconde en tantos rostros que lo buscan con sincero corazón”.

El cardenal Poli lo invitó a mirar la ciudad “desde una mirada contemplativa” para descubrir la presencia del Señor y la búsqueda sincera de personas y grupos que buscan a Dios en sus vidas.

“José María, te invito a que te sumes con tu rica experiencia de párroco a esta misión que el mismo papa Francisco lo llama el testimonio paciente de Dios que quiere llevar cada realidad y todo hombre al Padre. Para él, esta misión es lo que el Amor no puede callar. Te persuado a que, sirviendo a Cristo que vive en la ciudad, digamos con frecuencia su Palabra «Tengo compasión de la muchedumbre». Que su evangelio de vida sea nuestra fortaleza y entusiasmo para anunciarlo”, le dijo el arzobispo.

Finalmente, el expárroco de San Isidro Labrador, en el barrio porteño de Saavedra, fue invitado a “no perder la mano” y seguir cultivando muchas vocaciones para la Iglesia en Buenos Aires.

Acción de gracias del nuevo obispo

El flamante obispo dirigió unas palabras al final de la celebración y decidió dar cinco abrazos en agradecimiento a todas las personas que lo acompañaron en su ministerio. El primero fue a un miembro de su familia, que definió como “la primera Iglesia que conocí”; el segundo abrazo fue a un dirigente scout; el tercero, a un monje benedictino; el cuarto, a una niña de un grupo misionero, y finalmente dio el quinto abrazo a un sacerdote, para agradecer a las fraternidades sacerdotales.

“Demos gracias Dios porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Quiero agradecer al Padre, que fui conociendo en la naturaleza, en las montañas, en los ríos, en el campo. Me costó bastante: siempre fui muy cuestionador. Gracias a Jesús, que pude conocer por su Encarnación al Padre. Gracias al Espíritu Santo, que está vivo en la Iglesia. Gracias a la Iglesia y al Papa, que le gusta sorprendernos”, dijo el prelado.

“Gracias al cardenal, al nuncio y a los obispos. ¡Hoy empiezo el colegio, el primer día!”, bromeó, en referencia al colegio episcopal que ahora integra. “Gracias a la primera Iglesia que conocí, en la que éramos nada más que diez: papá, mamá y los ocho hermanos”, añadió.

El obispo auxiliar agradeció a su familia, a todos los jóvenes que entregan su tiempo en los grupos y movimientos eclesiales; a los contemplativos, especialmente a aquellos monjes del monasterio benedictino de Los Toldos, “que rezan y hacen presente el amor de Jesús en la comunidad”; a los feligreses, de quienes aprendió tanto en su vida, y a los sacerdotes, a quienes elogió por su virtud y a quienes prometió acompañar desde ahora como obispo.

Obispos presentes

Además de los consagrantes, estuvieron el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig; los obispos auxiliares de Buenos Aires, monseñores Joaquín Sucunza, Enrique Eguía Seguí, Ernesto Giobando SJ y Alejandro Giorgi; el obispo de San Martín, monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo; los obispos auxiliares de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Vázquez y monseñor Jorge Torres Carbonell, y el obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi.

Concelebraron también el arzobispo emérito de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan; el obispo de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín; el obispo de Rafaela, monseñor Luis Alberto Fernández; el obispo de Azul, monseñor Hugo Manuel Salaberry SJ; el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, y el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi.

Completan la nómina episcopal monseñor Hugo Nicolás Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña; el obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig; el arzobispo emérito de Mercedes-Luján; monseñor Héctor Rubén Di Monte; el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera; el arzobispo rector de la UCA, monseñor Víctor Fernández; el obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB; el obispo emérito de Quilmes, monseñor Luis Stöckler, y el obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto.