Noticias y Comunicaciones. El Papa Francisco en África

Desde hace años, el Papa Francisco, junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, el reverendo presbiteriano Dr. Iain Greenshields, han impulsado juntos el proceso de paz en Sudán del Sur, para poner fin a la guerra civil tras el golpe de Estado de 2013.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, estará acompañado en Sudán del Sur por su esposa, Caroline Welby que ha visitado Sudán del Sur en varias ocasiones, para apoyar a las mujeres de la Iglesia en su papel de “constructoras de la paz”.


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Noticias y Comunicaciones n° 332

A once meses del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, y en el año en que se conmemora el 50avo aniversario del Golpe de Estado en Chile, el autor invita a reflexionar sobre las distintas formas en que se articula –y desarticula– la tan necesaria paz.

Para que la paz se realice es necesario luchar,
pero sobre todo soñar.
Nelson Mandela

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Revista Horeb Ekumene Enero 2023

SUMARIO

  • EDITORIAL… (Pág. 3).
  • CALENDARIO… (Pág. 4-7)
  • ESPIRITUALIDAD EVANGÉLICA… (Pág. 8). (Julia Crespo).
  • ERNESTO CARDENAL…(Pág. 10). TESTIMONIO HERMANO… (Pág. 11) (Wollmer Uzcátegui).
  • PEDRO CASALDÁLIGA… (Pág. 12). HERMANO CARLOS… (Pág. 14).
  • THOMAS MERTON… (Pág. 16).
  • POEMA… (Pág. 17). (Madeleine Delbrel).
  • ORACIONES… (Pág. 18)

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Noticias y Comunicaciones nº 327

¿Qué características tiene la maldad?

La maldad humana existe y se caracteriza por buscar en todo momento el propio beneficio. En principio el ser humano está orientado biológicamente hacia la sociabilidad, hacia la empatía y el cuidado de los suyos. De esta manera sobrevivimos como grupo y avanzamos como especie. Pero hay algo que también sabemos: la maldad humana existe. A lo largo de la historia hemos conocido asesinos en masa y también a esos que fueron perpetradores del mal, personajes que impulsaron a otros a cometer violentos crímenes. Ahora bien, la maldad es sibilina, silenciosa y a menudo no tan llamativa como las dramáticas historias que nos dejaron estos nombres ya míticos en la literatura de lo criminal. Porque si hay algo que todos sabemos es que el mal se aprecia también en ciertas figuras más cercanas: en directivos de empresa, en las esferas políticas, en esos padres o esas madres que maltratan a sus hijos y hasta en esos niños que acosan, humillan y agreden a sus compañeros de clase. Los neurólogos, psiquiatras y psicólogos se han preguntado siempre si no puede existir un eje común que explique buena parte de esos comportamientos. Parece ser que sí. De hecho, en 2018, una investigación de científicos daneses y alemanes identificaba el origen común de la maldad humana. Le llamaron Factor D o «factor oscuro de la personalidad». Los seres humanos con sobreabundancia de Factor D piensan solo en ellos mismos y no les importan las consecuencias de sus acciones, malintencionadas o el daño que puedan infligir a los demás. Los hay que llegan a disfrutar con los perjuicios que causan a los demás.

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Horeb Octubre 2022

SUMARIO

  • Editorial – J. Álvaro Ricas Peces – Pág. 3.
  • Espiritualidad evangélica – Juntos podemos iluminar el mundo. – Julia Crespo Benito. – Pág.6
  • El hermano Carlos habla… – José Luis Vázquez Borau. – Pág.9
  • POEMA – Pedro Casaldáliga – Pág. 11
  • ORACIONES. – Pág. 14-16

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Noticias y Comunicaciones Nº 326

«Dichosas las personas que creen sin ver»
a propósito de Teresa de Lisieux

Para encontrarse con Dios hay que buscarlo. Esto es importantísimo sin que ello suponga que la búsqueda y el deseo funden y den entidad a la realidad deseada. Se busca y desea porque la realidad, existente independientemente del deseo, provoca el deseo. Por ello, la presencia o la ausencia del deseo de Dios marca una diferencia fundamental. Quien no desee la libertad o la fraternidad, difícilmente las buscará. Y si se encuentra con ellas, difícilmente las va a reconocer en lo que son. Lo normal es que tienda a interpretarlas más allá o más acá de ellas mismas. La dureza de la realidad, se podrá sostener, hace imaginar o fantasear tales ideales inalcanzables o es una herencia de un periodo infantil o mitológico de la humanidad.

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Noticias y Comunicaciones n° 324

El silencio es nuestro gran enemigo, pues nos lleva a nuestros interrogantes y a nuestras verdades más íntimas. Es por esto que no queremos escucharlo. Sin el silencio interior no podemos escuchar a Dios y no podemos reconocer su presencia en nuestra vida. Sin el silencio interior no podemos crecer como personas ni como creyentes. San Bernardo, refiriéndose a un teólogo le dice: «Árido es todo el alimento del alma si no es rociado con este aceite; es insípido si no se sazona con esta sal. Lo que escribes no tiene sabor para mí, si no leo en ello a Jesús». Y afirma: «Solo Jesús es miel en la boca, cántico en el oido, júbilo en el corazón».

Se entiende por espiritualidad una existencia religiosa comprometida.

El elemento más importante de la espiritualidad es el compromiso de fe de una existencia con Dios. Se trata de una experiencia, de un entendimiento y una comprensión de la relación con Dios, así como una actitud ética que gobierne la vida de la persona. De esta manera podemos decir que hay una espiritualidad hindú, budista, judía, musulmana y cristiana.

La espiritualidad cristiana es la forma en que una persona, que está animada por la presencia viva y por la acción del Espíritu de Cristo, reacciona y actúa habitualmente de acuerdo a Él. De esta forma la espiritualidad cristiana abarca toda la persona humana (cuerpo, alma, espíritu). Para San Pablo una persona es espiritual, cuando todo su ser y toda su vida están or-
denados, dirigidos e influenciados por el Espíritu de Dios (1 Cor 2,12, 14) por su aliento, que es vida. Actualiza el espíritu de Jesús.

Hay que entrar en lo profundo de nosotros mismos, donde reina el silencio, para encontrarse con el Maestro interior: Cristo Jesús, en quien reconocemos «la imagen visible del Dios invisible» (1 Col1,15). Por medio de Él vislumbramos tanto lo que es Dios como lo que estamos llamados a ser. El cristiano es aquel que vive de la luz de Cristo y es el mismo parte de esa luz, lo que comporta una gran responsabilidad social. El encuentro con Cristo no nos aparta de la tarea de transformar el mundo, sino que nos empuja a un compromiso cósmico e histórico sir reserva. (JLVB)

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