Noticias y Comunicaciones, n° 338

La Semana Santa es un llamamiento para seguir las austeridades de Cristo, la única violencia legitima, la que se hace así mismo Cristo y nos invita a que hagamos a nosotros mismos: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo», violéntese a sí mismo, reprima en éllos brotes de orgullo; mate en su alma los brotes de avaricias, de codicias, de soberbias, de orgullo; mate eso en su corazón. Esto es lo que hay que matar, esa es la violencia que hay que hacer para que allí surja el hombre nuevo, el único que puede construir una civilización nueva, una civilización de amor.
Mons. Romero
Homilía del 19 de marzo de 1978, Ciclo A


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