Maringwe 37, Adiós

Maringwe, 29 de julio de 2016

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy cumplo 19 años del día de mi llegada a Mozambique, y estoy triste… estoy muy muy triste y lo que les escribiré será amargo porque les voy a contar nuestras amarguras. El presagio de que todo se venía mal fue un mensaje anónimo en el celular que recibí cuando volví de Chile y decía: “padre tú has hecho tantas cosas buenas aquí pero tu casa se está yendo abajo”. Me cayó pésimo por supuesto pero no le di importancia (he recibido tantos mensajes malos y mentirosos…). El desbarajuste comenzó el domingo 29 de mayo cuando mientras estábamos en Misa –yo no pude terminarla por la fiebre de malaria-, los milicos de Nhamapaza sacaron a tirones de la chapa pública que va a Beira a mi vecino Salmo, el papá de María, de Celeste y de una tracalá de niños más… un hombre calmo y simpático nuestro vecino. Insultaban al chofer que cómo podía llevar bandidos mientras le pegaban a Salmo en el suelo, entre muchos y con rabia, a patadas, palos, fierros y culatas. Querían que todos vieran como lo mataban. Esa noche no hubo nada de música en el pueblo. Estábamos todos pasmados. Al día siguiente fuimos a su casa a hacernos solidarios con el dolor de la familia. Hasta hoy no tenemos noticias de él. El chofer y algunos pasajeros no quisieron volver a Maringwe. Yo me quedé en un silencio aislado, mudo, perplejo, triste, llorando. Los voluntarios que había entre nosotros por supuesto que no entendieron nada. Estaban metidos en sus planes y proyectos y no eran ‘vecinos’. La Misión de ’ser vecinos’ se nos estaba viniendo abajo. Nos enredamos con los proyectos, la Corporación Mozambique y los voluntarios…

A los pocos días me llegó el aviso de que hacía meses se estaba preparando una carta desde Chile contra mí; quedé perplejo pues era de gente que hace pocos meses se despedía de nosotros con sonrisas y agradecidos… Además estaba apoyada por miembros de la ‘Corporación Mozambique’. El diablo estaba metiendo su cola (una vez más pues hay años en que lo hemos pasado pésimo en la Misión con acusaciones de todo tipo… y hasta amenazas de muerte –el 2004 y el 2009). Jesús le llamaba ‘el príncipe de la mentira”. Provenía principalmente de un trío que había interrumpido la Misión para irse a gastar muchas lucas en visitar safaris y payas en Sudáfrica para luego volver a ‘vivir el Nacimiento de Belén’ aquí entre los negritos pobres de Maringwe. La misma mentira de Herodes. Yo creo que hay mucha gente, muchos hermanos así entre nosotros. Judas y Caifás existen no sólo en la historia de Jesús sino que también entre los que ayer han comido en nuestra mesa: es una penosa realidad. Le han escrito una carta al obispo de Beira diciendo que yo hago daño a la comunidad porque ejerzo violencia física, violencia sicológica y violencia económica contra la comunidad, y le piden una investigación –y esa es la parte que más me gusta de la carta. Dos sacerdotes han interrogado, preguntado, averiguado entre decenas de personas aquí en la Misión y en Beira y según los resultados aún no han encontrado nada sustantivo o alguien que indicara a una víctima o se reconociera a sí misma como una víctima. La carta pone ejemplos y nombres pero no han coincidido con las preguntas por los mismos hechos aquí. Yo creo que a los acusadores/as les gustaba la Misión pero no podían concebir que todo esto fuera obra de un simple pelafustán, yo. Y en eso les encuentro toda la razón porque la Misión no es obra mía ni de nadie más que de Dios. Una de ellas no cree en Dios y se mostraba insolentemente arrogante en las misas y la gente lo notaba… Es una mujer que busca pero sin sabiduría ni paciencia y con la pose de quien ya hubiera encontrado.

maringwe_01Volví en marzo muy cansado desde Chile, después vinieron los voluntarios –que siempre tensionan un poquito-, el programa del arroz para las escuelas y el secuestro de Salmo me había dejado ya como sopa de locro… y lo de la carta fue musho lusho… Estaba entre visitas a comunidades y lo medité esos días de silencio en las aldeas y decidí que necesitaba por lo menos dormir cuatro meses seguidos y quizás completar con un año sabático (cumplo 25 años de cura en diciembre). El domingo les conté lo de la carta con nombres y todo a toda la comunidad y que yo había decidido salir de Maringwe por un año. Después fui a Beira y le conté al obispo que me sugirió aguantarme hasta final de año pero la verdad es que no tengo pana para seguir cuando están hablando mal atrás de mí allá en Santiago, en nombre de los que estoy aquí. Dom Claudio vino a Maringwe y aceptó que mãe Sandra y las niñas quedaran en Sta. Mónica hasta diciembre y los chicos con pai Agusto en Emaús, que después se irá a arrendar. Todos los programas deberán terminar antes de diciembre; ningún voluntario más puede venir a relacionarse con esos programas que subsistían en la parroquia y tampoco podían ser en adelante sustentados desde Chile… Dom Claudio, irónico, me dijo en la puerta ”te dije que no me gustaban los voluntarios…”

maringwe_02Para mãe Sandra fue tanto el disgusto que dejó de animar el coro con sus tarros de piedritas los domingos. Ha llorado igual que tanta otra gente; fue conmovedor que la Rosiña, Manuel y Severino pidieran permiso en el internado para venir desde Chemba a despedirse; ella mojaba su camiseta verde con lágrimas sola en la capilla… yo no he podido llorar todavía, sólo para dentro. Pai Augusto volvió a su antiguo tartamudeo, inseguro, triste, desolado… Hoy vino mãe Terezinha, que es pobre pobre con un paquetito de maní diciendo ‘tenga un regalo, estoy muriéndome de pena’. El Bebe entiende un poco, vuelve a ser huérfano y me mira con sus grandes ojos fijos: “por qué se van”? –“cuando van a volver?” Pero yo sé que igual estamos en las manos de Dios que es Bueno, entonces estamos en buenas manos.

maringwe_03Lunes 1 de agosto de 2016

El último grupo de voluntarios fue absolutamente de lujo; a la Cecilia se le ocurrió la idea genial de hacer una plaza infantil y pintar la Brincaescolinha con unos murales magníficos en los que participaron los chicos que hacen de profesores y pai Augusto pintando recontra motivados… aunque la Brincaescolinha se termina en noviembre y las salas quedarán sin niños. También con Juan Ignacio y José Pedro alcanzamos a abrir una noria de agua que bendijimos a la manera africana, con harina, para las familias del barrio. Pero se acaban las papas reforzadas para niños desnutridos; este es el último grupo. Ayer asumió el nuevo párroco interino y dijo claramente que las cosas iban a cambiar en Maringwe; ya no se podrá comulgar con pan y vino; no se pueden sacar fotos en la Misa y si quieren que el tractor vaya a buscar agua o leña para Santa Mónica o Emaús… tendrán que pagar. Vino gente de todas las comunidades a la despedida y después tuvimos un almuerzo con ambiente raro… había pena. Aleixandre, el cura nuevo se dio cuenta y terminó apartándose. Yo no sé qué pensar pero no puedo quedarme más, no me da el cuero, aunque el obispo me diga que no ha encontrado nada, no estoy contento para nada y estoy agotadísimo. En cuanto al querido Proyecto Filandia, el de la leche de cabritos, con el incansable Juan Montti (que para admirción de todo el mundo se comunica con facilidad en chisena, másallá que los consabidos saludos… es un fenómeno el tipo…) y la asesoría de los Raimundos alcanzamos a distribuirlo entre cinco corrales de algunos campesinos que habían aprendido en nuestro corral-escuela.

maringwe_04maringwe_05maringwe_06maringwe_07Alcanzamos a hacer la última visita a la comunidad de Wanchiti que se había cambiado para un nuevo sitio… Con Arlette, Alvaro, pai Félix y pai Pita estuvimos en el lugar más hermoso que había visto en estos 13 años por aquí: totalmente rodeados de inmensos baobabs; la Misa la celebramos entre dos de ellos. Una caricia de despedida que nos dio Diosito. De regreso pasamos a bautizar a tres viejitos a la caída de la tarde en la comunidad de Nhangoma. El pueblo de Dios comienza, siempre comienza el camino hacia Él. La despedida es el comienzo.

maringwe_08En cuanto a la ‘Corporación Mozambique’ que se creó para ayudar a la Misión y terminó haciendo todo lo contrario, por supuesto que me salgo de ese grupo que no estuvo a la altura y si alguno quiere seguir aportando ahí puede hacerlo, pero les digo que ya no puedo asegurar de la gestión de esas ayudas. Respecto de las otras cuentas a nombre de Misión Mozambique, les pido que no sigan aportando porque por el momento nuestra Misión queda suspendida. Con lo que había de fondos procuré dejar asegurada la educación hasta 4º Medio de 12 chiquilos/as y hasta el término de la universidad de todos nuestros becados. Pero NO DEJEN de seguir ayudando a los pobres, que eso es una obligación sagrada. Pueden hacerlo en la Fundación Las Rosas, en Coaniquem o al Hueñi-Trai, pero no dejen la práctica de ayudar con el fruto de nuestro trabajo a las necesidades de otros. El día querido y esperado en que abramos otra Misión aquí en Mozambique o en otro lugar, les aviso y seguimos adelante con África en el Corazón hasta siempre. Y si por alguna razón nos alejamos sepan que hemos andado juntos un camino de auténtica fraternidad y que a mí por lo menos me ha hecho inmensamente feliz, y estoy seguro de que también a muchos otros, africanos y chilenos/as que retendrán como tesoro amado esta Comunión. Ahora no sé qué voy a hacer… andar por el camino de Emaús esperando que me encuentre Jesús y me explique cómo y por dónde va a brotar la Belleza de la vida nueva y resucitada. Tenemos tantos ejemplos de que donde veíamos lo malo se escondía la generosa bondad y la misericordia (p. ej. reflejados en la novela “Cometas ene cielo” o en la película “Cus cus”). Querría que las personas de la carta descubrieran eso también…

Que Jesús de Emaús, el hijo de María, que tantas veces se disgustó con sus amigos, con la gente y que tanto disgustó a sus enemigos, no deje que el fuego antiguo y hondo de nuestro corazón se apague en los días aciagos que tiene esta vida hermosa… de barro y hermosa, amén

Un abrazo lleno de esperanzas

Kwenda

Comunicación de Roberto GUZMÁN (Chile) desde Mozambique. Vivencias de un misionero.

vivencias-misionero-01Maringwe 36, Theketa

Theketa, 27 de abril de 2016

Queridos hermanos y hermanas:

vivencias-misionero-02Yo creo que cada uno de nosotros tenemos nuestras contradicciones y yo tengo las mías. Estoy lleno de ellas… Una de esas es estar ahora en la lejana aldea de Theketa viviendo un ambiente de fraternidad y comunión que hace mejor cualquier calidad de vida humana; aunque la comida sea ‘fome’, alcanza para todos, aunque haya que ir a buscar agua en bidones como a un kilómetro pero hay tiempo para ello y la conversa del camino es siempre muy entretenida; los chicos tocando batuques, las niñas danzando y los adultos contándose la vida muertos de la risa, incluyendo a Andrea, enfermera obstetra y a Juan Cristóbal, agrónomo, que han venido por 6 meses pero quisieran volver y quedarse más. Es indudable que el trabajo de Andrea en el hospital ha aportado para que las condiciones del parto mejoren y que Juan le ha puesto pino enseñándonos técnicas agrícolas y con todo eso se hace mejor la vida. Pero estamos ahora saboreando aprender a vivir con esta comunidad austera, simple, sin la estridencia de la tele, armónica… y temo mucho que se pierda este gustito a barro humano y fraterno trayendo el «desarrollo» aquí. Esta es una de mis contradicciones… No sé cómo superarla y me tensiona la guata y la oración. Igual confío en que Dios sabe lo que hace… Estoy confiado al Espíritu que anima la vida de las plantas, las moscas, los planetas y del hombre…

vivencias-misionero-03En febrero, después de dejar a casi todos matriculados en escuelas, internados y universidades salí para Chile como siempre mareado de cansancio. Poco antes había salido Olimpia, para hacer un Magister en Nutrición en la UC. En la universidad y en Peñalolén esperaban su llegada con los brazos abiertos. Le he puesto tanto esfuerzo y cariño a la formación profesional de jóvenes de Maringwe, que ahora tengo miedo de quedar en la calle haciendo el loco como el coyote, cuando se nos pierdan ellos en las mareas y redes citadinas, alejándose definitiva y fatalmente de la armonía fraterna de Theketa. Luego de algunos criterios, reclamos y risas huecas que he escuchado en Chilito, no es para nada difícil que ello ocurra. Igual sigo mirando como los niños… atisbando en colores un futuro casi imposible.

vivencias-misionero-04Y por eso es que llegó Bernard, el holandés lleno de motivación y paciencia, a estar diez días en Chile entusiasmando médicos que vengan a hacer docencia en la Facultad de Medicina de nuestra U. Católica de Moz. Entre Concepción, Pto. Montt y Santiago tuvimos como 15 reuniones… En julio llegan los dos primeros profesionales chilenos y luego vendrán otros. Necesitamos en Mozambique de la experiencia de los que ya han aprendido. Y ya veo que los que vengan se volverán con la sonrisa en la cara y el alma dilatada. Y entrarán en el nuevo baile de la vida dinámica y absurda de volver a vivir a Chile con el corazón en África.

vivencias-misionero-05A mi regreso encontré que las tensiones político-militares se habían agudizado en Maringwe, de modo que en dos extensos sectores del distrito ya no se puede circular. Y la cuestión se pone brígida cuando con la falta de lluvias se han secado las siembras y los profes han tenido que soltar pa’ la casa a los críos más chicos que empiezan a llorar a media mañana con dolor de hambre en sus guatitas; todo mal… Y así estaban aquí aguantando bien Juan, un gigante colorín de más de 2 mts. que se pasea a pata pelá (45) entre Emaús y Santa Mónica, siempre rodeado de cabros chicos, junto con Andrea una simpática sureña que anda siempre sonriente porque su profesión le encanta; a ella no le cuesta nada partir los sábados y domingos al hospital acompañada de Nina a ver a sus pequeños pacientes o a sus mamás. Lo ha hecho varios días y a veces también de noche. Nos ilumina con su vocación; ellos han estado aguantando en mi ausencia.

vivencias-misionero-06La próxima semana llegará a Maringwe el voluntario N° 50, un número que me hace reflexionar respecto de nuestras intervenciones en la comunidad… ¿lo hacemos bien? Yo veo que todos llegan con ganas de ayudar pero a veces con iniciativas apresuradas y pasajeras, y en la mayoría de los casos juzgando la realidad con nuestros criterios, evaluando desde nuestra mirada convencidos de que el elefante es entero como su cola… Nos pasamos por el aro la cultura, sus razones y jerarquías, absolutamente seguros de que «ellos» deberían ser como nosotros. Y como en todos los escenarios es posible mandarse un numerito… un día una amiga iluminada por la justa idea de la igualdad femenina y del desarrollo de los pueblos quizá, le pasó las llaves de la Carmela a una chica de Santa Mónica para que avanzara 5 metros manejando. Los chicos de Emaús estaban presente y tanto ellos como las niñas sabían que eso estaba mal. Y se comenzaron a garabatear en chisena entre todos; ningún voluntario se dio cuenta… y el asunto explotó como dos semanas después con Mudiwa y Zacarías agarrándose a puñetes… y todo por un ‘divertimento’. Los africanos tienen su mundo, sus tiempos, sus propios órdenes y razones. Y a mí personalmente no me gusta andar preguntando sobre tradiciones y pensamientos. Cuando tengo mucha confianza, y después de algunos años lo he hecho. He vivido estos 19 años aprendiendo con ellos y todavía me sorprendo de mi ignorancia… Pero realmente se me cae el alma al suelo y vivencias-misionero-07quedo plop cuando oigo: «Roberto, nos gustaría aprovechar para conocer algunas playas…»; ‘aprovechar’, lucrar con la oportunidad… «¿Pero por qué no, Roberto? ¿Qué hay de malo en eessoo?? Tú crees que a ellos no les gustaría si tuvieran la oportunidad..? Pero «ellos» seguirán siendo «ellos», y de hecho NO tienen la oportunidad. Me gustaría que nos acercáramos a cambiar el pronombre ‘ellos’ por el ‘nosotros’ inclusivo… y la verdad es que no le veo otro sentido que pudiera tener la vida. En esto mismo, recuerdo que sí fuimos una vez a la playa un lote grande de chilenos y maringwenses, en Beira… y lo pasamos chancho. Me gustaría que hiciéramos de nuestra relación con Maringwe o con África más una opción para vivir que una oportunidad para aprovechar. Creo que es más entretenido, más humano y más verdadero, aunque cueste más y sea más lento. Tiene que ver con crear el clima fraterno de Theketa. Es un camino largo y no siempre fácil, un camino como el del amor, como el del matrimonio… es el camino de la vida apasionada…

vivencias-misionero-08Pero con hambre, sobre todo el hambre de los niños, no corren las filosofías; hace dos semanas llegaron también Pablo y Cecilia. Y entre los 5 hemos estado haciendo campañas para comprar arroz y distribuir entre los alumnos que vienen de aldeas lejanas y construyen sus chocitas para poder ir a la Escuela Secundaria; y pa’ no darlo sin ningún esfuerzo, hemos organizado cuadrillas para recoger y quemar la basura del pueblo y limpiar el terreno del hospital. También estamos consiguiendo dar papas de arroz dulce en dos escuelas primarias. Pero se nos llena de mamás afuera de Santa Mónica y de Emaús pidiendo algún trabajo para recibir algo o los papás que se pasean todas las mañanas pidiendo una peguita que sea… Y de las aldeas nos preguntan ¿y pa’ nosotros nada? El hambre pica y grita fuerte… Así que no queda otra, mirar pa’rriba o el reloj es fácil, pero contamos con ustedes, los que leen esta carta, para que la comida, aunque sea fome, alcance para todos y podamos hacer del camino de la vida una conversa que consuele el corazón y que nos acerque a Theketa, lugar sagrado de la Eucaristía.

vivencias-misionero-09Un abrazo fuerte
Kwenda, (Roberto GUZMÁN)