La sustancia de la teología espiritual reside en que el alma viene de Dios, que es su creador, y a Dios quiere regresar. El medio es la práctica del Bien. Esto es, la elección correcta o mejor ante un dilema. Y Cristo enseñó que el Bien se resume en amar a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo (el ser humano “próximo”) como a nosotros mismos.
Lee el documento completo en PDF: Boletin Horeb Ekumene nº 349