“Navega mar adentro y echa las redes para pescar” (Lc. 5,4)
Queridos hermanos,
LA CANONIZACION DEL HERMANO CARLOS.
Su canonización en Roma el 15 de mayo de este año fue una gran experiencia para todos los que tuvimos el privilegio de participar en este evento. Una y otra vez, se dijo que para la familia espiritual de Carlos de Foucauld la canonización es un gran regalo. Pero es mucho más, su vida, su camino espiritual y su carisma es un gran don, no solo para la Familia Espiritual, sino para toda la Iglesia. El don de su carisma no ha sido cambiado o aumentado por la canonización, sino que ha sido sacado a la luz y ha sido reconocido oficialmente por la Iglesia.
Estamos convencidos de que pertenecer a nuestra Fraternidad con sus características especiales puede apoyar muy bien el ministerio sacerdotal y formarlo de una manera valiosa. Quizás algunos de nosotros ya no seríamos sacerdotes si no hubiéramos conocido a los hermanos de la Fraternidad sacerdotal Jesús Cáritas.
COMPARTIENDO EL DON
Desde esta convicción queremos desarrollar un nuevo impulso para dar a conocer nuestra Fraternidad sacerdotal, especialmente en lugares y países donde no hay fraternidades.
Queremos ofrecer nuestra Fraternidad Sacerdotal como una forma de vivir el ministerio sacerdotal acompañado de hermanos, de permanecer en contacto vivo con las Sagradas Escrituras como una de nuestras fuentes más importantes de crecimiento espiritual, de desarrollar la dimensión contemplativa de nuestras vidas a través de la adoración y los días de desierto y, finalmente, de no perder la cercanía y el servicio a los pobres, en un estilo de vida sencillo.
Por eso, queridos hermanos, les pedimos que reflexionen intensamente, solos y en comunidad, sobre las posibilidades que ven para difundir la semilla del carisma de nuestra Fraternidad sacerdotal. ¿Hay regiones en nuestro propio país, hay países vecinos, donde podríamos ofrecer el carisma de nuestra Fraternidad sacerdotal?
EN COMUNIÓN CON NUESTRA FAMILIA ESPIRITUAL.
En el origen de la formación de nuestra Fraternidad sacerdotal estuvieron las Hermanitas y los Hermanitos de Jesús. Su forma de vivir el Evangelio, que era tan nueva en ese momento, fascinó a muchos sacerdotes. Estos sacerdotes no querían convertirse en religiosos, sino permanecer en el ministerio como sacerdotes diocesanos, pero querían vivir algo del carisma del Hno. Carlos. Así es como la Fraternidad sacerdotal nació en Francia en la década de 1950, primero llamada «Unio sacerdotalis», más tarde Jesús Caritas.
Esta observación de los orígenes puede ser significativa para nosotros hoy. Porque para tener un punto de partida para la difusión de la Fraternidad sacerdotal, el entorno de las Hermanitas y Hermanitos sigue siendo uno de los mejores apoyos. Por lo tanto, para nuevas fundaciones es sin duda un buen consejo poner las antenas en esta dirección.
En Roma, en la reunión de los responsables de las diversas ramas de la Familia Espiritual, notamos algo más: en muchos países hay ramas de la familia espiritual, especialmente comunidades laicas, pero no fraternidades sacerdotales. Probablemente allí se podría encontrar un punto de contacto para dar a conocer nuestra Fraternidad e invitar a algunos sacerdotes a participar en ella y para introducir a los sacerdotes en «los medios espirituales» de nuestra Fraternidad.
¿Cómo PROCEDER?
Tres aspectos nos parecen importantes:
1. Fase de preparación:
Aquí la primera pregunta es: ¿Realmente tenemos la convicción de que es bueno que alguien conozca la Fraternidad sacerdotal y se una a ella? Si faltara esta convicción, probablemente no habría razón para comenzar con una iniciativa de difusión de nuestra Fraternidad sacerdotal. Esta convicción debe ser compartida por algunos sacerdotes, porque un «proyecto misionero» no es un asunto de una persona, sino siempre de un pequeño grupo.
Otro elemento importante en esta fase es la búsqueda de contactos y puntos de contacto. Esta es probablemente una de las tareas más difíciles: encontrar un grupo de sacerdotes que estén dispuestos a comprometerse a estar unos días con Carlos de Foucauld. Finalmente, la preparación también debe incluir la oración por un buen resultado. Estamos convencidos de que especialmente los sacerdotes mayores de entre nosotros estarán felices de asumir este ministerio.
2. Fase de implementación.
La forma más adecuada nos parece que es organizar una “SEMANA CON CARLOS DE FOUCAULD”. En esta semana debe haber dos puntos focales: a) Presentación de la biografía del santo; b) Presentación de la Fraternidad sacerdotal con sus medios de crecimiento espiritual. La semana debiera vivirse en un clima orante, fraterno, alegre y servicial.
3. Fase de seguimiento.
Así como cada planta recién sembrada necesita cuidado y crianza, también sucede con una Fraternidad recién fundada. Necesita acompañamiento para poder pararse sobre sus propios pies. Para ello, es importante la integración a nivel nacional y continental, pero sobre todo el contacto y el intercambio con sacerdotes experimentados. La forma concreta de esta «tutoría» será muy diferente y depende de las respectivas circunstancias y personas. Nos parece importante planificar algún tipo de acompañamiento desde el principio.
Queridos hermanos, sabemos que todos los intentos en esta dirección no son fáciles. Pero creemos que es importante y nos parece que ahora es un buen momento para hacerlo. Por lo tanto, les instamos a que conversen el tema y lleven a cabo algunas iniciativas.
Pedimos especialmente a los hermanos Responsables Continentales y Nacionales dar prioridad a esta Carta en sus próximas Asambleas.
También les pedimos que nos informen de cualquier paso que den en esta dirección. Tal vez tengamos maneras de apoyarlos.
Les deseamos valor y confianza en su importante ministerio.
Equipo Internacional
Eric, Honoré, Fernando y Matthias
(Traducción al español Fernando Tapia)