Durante el Adviento estuve en las claras y cálidas dunas de Beni Abbes, el hermoso oasis del Sahara.
Había decidido prepararme para la Navidad en soledad y había elegido el pozo de Ouarourout como el lugar donde el agua era abundante y una pequeña cueva natural podía servir de capilla.
Salí después de la fiesta de la Inmaculada Concepción con un clima hermoso y un gran deseo de soledad.
Pero … el clima no tardó en cambiar y el desierto se volvió lívido y frío por la alta niebla que cubría el sol.
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